Y es que ya vamos observando los primeros signos de esta maravillosa, pero durísima estación. Las temperaturas aumentan, los días más largos, las primeras golondrinas (Hirundo rustica), los cantos de las aves que se multiplican y hay quien asegura haber visto algún vencejo (Apus apus).

En Brinzal, hace ya cosa de un mes que nacieron nuestras primeras lechuzas comunes (Tyto alba) procedentes de nuestro programa de cría en cautividad , criadas a mano sus primeros días y luego con sus padres. De hecho algunas ya están en su hacking aprendiendo a ser independientes.

Por otro lado, empezamos a recibir avisos por hallazgo de pollos de cárabo (Strix aluco). Por suerte la Ambuholancia siempre está a punto y hemos podido recogerlos y tras unos días de observación, algunos ya crecen fuertes con sus padres adoptivos.

Otro claro indicador del comienzo de la primavera es la llegada de los primeros autillos (Otus scops) tras su largo viaje desde África.

Son estas épocas cuando más trabajo hay en Brinzal, pero también cuando nuestra labor es más gratificante. Es posible gracias a los voluntarios y los alumnos de prácticas que doblan sus esfuerzos y también a toda esa gente que se preocupa por los animales heridos que se encuentra. Nuestro agradecimiento desde aquí.

Estos días si vas por el campo y encuentras un ave herida (asegúrate de que necesita tu ayuda), no dudes en llamarnos al 91 479 45 65 o al 670 93 32 40 (Sólo emergencias) y recuerda que si ves un pollo de búho dando saltos por ahí y la zona no es muy transitada, lo mejor es dejarlo ahí, que sus padres lo están protegiendo desde la distancia mientras él explora.