1. Cerciórate de que realmente necesita tu ayuda. Muchas veces se recogen pollos de rapaces nocturnas al creer que están abandonados. Recuerda que estas aves salen pronto de sus nidos, antes incluso de poder volar.
2. Cógela echándole por encima una prenda de vestir. Así impedirás su visión y te protegerás de sus potenciales “armas”. Ten especial cuidado con las garras y el pico si es una rapaz, o con el pico si se trata de una cigüeña, gaviota, buitre, garza…
3. Métela en una caja de cartón en la que previamente habrás hecho algunos agujeros y déjala en un lugar tranquilo sin que pueda verte u oirte. Nuestra sola presencia resulta aterradora para los animales salvajes ya que nos consideran depredadores.
4. Jamás la metas en una jaula. Allí se sentirá muy indefensa y se destrozará el plumaje. Además, podría enganchar alguna parte de su cuerpo entre los barrotes y le estarías creando un problema que no tiene, y no le hace falta, ya traerá los suyos propios.
5. No le fuerces a comer ni a beber. ¡Seguro que en casa no tienes ratones!. Además, en muchas ocasiones no deben comer hasta pasados unos días a causa de la deshidratación, y si lo hicieran morirían. En cuanto al agua, por mucho calor que haga, no se las debe forzar a beber bajo ningún concepto. Con ello sólo conseguiremos introducir agua en sus pulmones.
6. No intentes curarla. Primero ha de ser examinada por un veterinario especializado en estas aves. Además, muchos fármacos para personas están contraindicados en aves.
7. Llama URGENTEMENTE a BRINZAL o a otro centro de recuperación. Son lugares en los que estamos acostumbrados a tratar con este tipo de pacientes y aumentarás sus posibilidades de supervivencia. En caso de ser un caso de una animal sin posibilidades de llevar una vida digna, se le sacrificará sin dolor. Tfnos 91 479 45 65 (horario de oficina) y 670 93 32 40 (móvil).
