Aunque inicialmente las rapaces nocturnas se consideraron cercanas a las diurnas (águilas, halcones…), estudios posteriores han demostrado una mayor similitud con los chotacabras y otras aves nocturnas (podargos, nictibios, egotelos, etc.).
Basándose en estudios de ADN, algunos autores han llegado a agrupar a éstas extrañas aves y a las rapaces nocturnas en el orden Strigiformes, aunque estudios posteriores aconsejaron mantener la tradicional separación entre estos.