Ayer 27 de junio, el Búho Real Danubio –a quien casi todos conoceréis- ya no forma parte del equipo profesional de Brinzal. Había perdido completamente la vista y, fruto de su avanzadísima edad, su organismo se había deteriorado demasiado. Su historia, 26 años en Brinzal, bien merece la pena conocerla.
Corría el año 1991… Se nos presentó en el centro Danubio, el que sería el más famoso de los Búhos Reales. Llegó con unas cataratas desarrolladas fruto, probablemente, de su edad avanzada.
Dada la imposibilidad para ser liberado, pasó a ser un residente permanente de Brinzal. Durante los primeros años, Danubio se reprodujo cada año y sus pollos formaron parte de los proyectos de reforzamiento de la especie en Galicia y en Bizkaia. Años después, se convirtió en el mejor padre adoptivo que jamás hayamos conocido. Todo pollo de búho real que ingresara en Brinzal era atendido como si de su propio hijo se tratara, defendiéndolo “con garras y pico” de cuantos osáramos acercarnos. Prácticamente todos los que hemos vivido cerca de él hemos sido marcados. Nunca nos preocupamos de revisar a los pollos que cuidaba; sabíamos que estarían bien cuidados. Hasta el final, se ha dedicado en cuerpo y alma a sus pequeños.
Durante todos estos años, Danubio ha conocido a varias “Búhas Reales”, ha sido protagonista de una exposición, se ligó a una hembra salvaje que venía a visitarle, y hasta ha pasado alguna noche de picos pardos (se escapó, pero el pobre no se fue lejos).
Todo un dandi madurito entre su especie. Nos gusta pensar en Danubio en la portada de la revista Owly for Woman. De hecho, estamos seguros de que allí donde estés seguirás igual de ligón.
Gracias por el enorme trabajo que has hecho, amigo. Siempre estarás en nuestros corazones.