La semana pasada recibimos el aviso de que habían encontrado un mochuelo (Athene noctua) y que si podíamos ir a recogerlo. Nada extraño pues cada semana recibimos varias de estas llamadas, pero esta vez se trataba de algo muy peculiar, el pequeño mochuelo había sobrevivido a la aventura de su vida.

El pasado Miércoles día 1 de Octubre, Carmen hacía su ronda como controladora de la ORA. Mirando la matrícula de una furgoneta vio asomar unas patitas. En un principio supuso que el animal estaba muerto al encontrarse dentro del capó del vehículo, pero de pronto le pareció ver que una de las garras se había movido. Acercando su bolígrafo se cercioró de que el animal aun vivía, ya que este agarró el bolígrafo con fuerza. Carmen preguntó a la gente que pasaba si sabían de quien era la furgoneta, pero nadie supo indicarle. Así que decidió esperar a que llegara el dueño.

Por fin llegó el conductor del vehículo y Carmen le preguntó que si sabía que tenía un ave entre el radiador y la rejilla. Entonces, el hombre recordó que le había parecido que algo se le cruzaba tres días antes de paso por Granada, pero no se percató de que el animal había quedado ahí atrapado. Así que siguió su ruta pasando por Sevilla, luego por Valencia y finalmente llegando a Madrid. Toda una odisea la de este pequeño superviviente.

Una vez lo sacaron, lo metieron en una caja para que estuviese lo más tranquilo posible y nos dieron el aviso. La ambúholancia no tardó en ponerse en marcha para recogerlo.

Sorprendentemente el mochuelo está físicamente bien y no presenta ninguna lesión a raíz del choque. Ya se recupera en nuestras instalaciones. Amadrianado por la propia Carmen, no tardará mucho en volver a ver a su salvadora el día que vaya a ser liberado. No sabemos si el mochuelo sabrá agradecérselo, así que desde Brinzal le damos las gracias en su nombre.