El pasado 10 de enero, los Agentes de Parques del parque madrileño de El Retiro, encontraron una rapaz nocturna muerta en el suelo e, inmediatamente, nos llamaron para que fueramos a buscarla.
Ya nos conocían, pues en otras ocasiones habían encontrado ejemplares de diversas especies y habían solicitado nuestra ayuda. Esta vez el animal estaba muerto, pero era muy importante recogerlo y comunicar su hallazgo, ya que portaba en su pata derecha una anilla metálica numerada. Esa anilla podía darnos datos muy valiosos; de dónde venía, cuanto tiempo había vivido desde que se anilló, sus desplazamientos…Tuvimos el presentimiento de que aquel animal había pasado por Brinzal y posteriormente lo habíamos liberado. Agradecimos a los Agentes que nos llamaran, aunque todavía no sabíamos lo importante que sería para nosotros.
Una vez en el Centro se introdujo el número de anilla en la base de datos. No podíamos creer lo que estábamos viendo. Ésta nos reveló que efectivamente procedía de Brinzal, pero lo más increíble es que ese ejemplar de cárabo se liberó en la Casa de Campo en 1998. ¡Nada más y nada menos que hace 13 años!
Era una hembra adulta llamada Viella que ingresó el 3 de Mayo de aquel año procedente de Valdemorillo. Estaba enganchada en una valla así que llegó en estado crítico. Débil, deshidratada y mal herida, estaba al límite de sus fuerzas. A pesar de ello, consiguió recuperarse por completo de sus lesiones.
Estuvo con nosotros hasta el 6 de noviembre de 1998, día en que por fin recuperó la libertad. Aunque se liberó en la Casa de Campo, ella eligió como zona de cría el Parque de El Retiro, donde estuvo criando durante varios años. Una vez más, estos pulmones verdes juegan un papel muy importante para la fauna urbana de una ciudad como Madrid. Les dan cobijo y alimento, los utilizan como dormideros y lugares de nidificación y cría, e incluso les sirven de áreas de descanso en sus pasos migratorios.
Gracias a que aquel 10 de enero los Agentes de Parques del Retiro encontraron a Viella y decidieron avisar a Brinzal, podemos decir con orgullo que ha vivido más de 13 años. Ha cumplido su función en la naturaleza trayendo al mundo a muchos pequeños cárabos. Nos ha demostrado que merece la pena seguir luchando por estas magníficas aves y que todos nuestros esfuerzos se ven recompensados, al ver que no solo podemos liberarlas de nuevo sino que además se adaptan de tal forma que es como si nunca hubieran pasado por aquí.
Queremos agradecer a todas aquellas personas que, como los trabajadores de El Retiro, reaccionan al encontrar un ave herida y llaman a un Centro de Recuperación de Fauna Salvaje. Incluso estando muerta se preocupan y eso es muy importante pues como hemos podido ver puede darnos una información muy valiosa.