Continuamos con las actuaciones del proyecto Influencia de los modelos agropecuarios en la ecología de las especies silvestres amenazadas: el caso de la Lechuza Común, proyecto realizado con el apoyo de la Fundación Bodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y de la Consejería de medio Ambiente y Ordenación del Territorio y Sostenibilidad de la Comunidad de Madrid.
Continuamos analizando las características del hábitat ocupado por la especie con el objeto de construir un modelo que evidencie cuáles son importantes a la hora de explicar por qué se encuentran allí lechuzas y en otros lugares no. Entre estas características hay una que creemos fundamental: la disponibilidad de recursos tróficos. La abundancia y diversidad de micromamíferos es uno de los factores determinantes para que esta especie se instale y se reproduzca de manera exitosa en dicho área.
Además del trampeo de micromamíferos que mostramos previamente, hemos recogido y estudiado las egagrópilas, conglomerados de material que las lechuzas no pueden digerir (huesos y pelo) y regurgitan en los nidos y zonas de alimentación de distintas parejas de lechuza. Analizando cada una podemos descubrir que especies de micromamíferos nos aseguran la presencia de poblaciones saludables de lechuza común (Tyto alba).
En varias sesiones y contando con la inestimable participación de nuestr@s buholuntari@s, diseccionamos alrededor de un centenar de distintas localizaciones de la Comunidad de Madrid. A través de los cráneos y mandíbulas, hemos observado que las presas favoritas son el topillo mediterráneo (Microtus duodecimcostatus), el ratón de campo (Apodemus sylvaticus), el ratón doméstico (Mus musculus) y la musaraña (Crocidura russula).
La lechuza común realiza una importante labor de control biológico en zonas agrícolas. Su presencia supone una interesante alternativa al uso de pesticidas y venenos, ya que no perjudica al resto del ecosistema. Teniendo en cuenta que una lechuza consume unos tres micromamíferos por noche, una pareja puede consumir más de 2000 roedores al año. Las lechuzas además pueden criar prácticamente durante todo el año, con varias puestas de 4 a 7 huevos y que alimentan a sus pollos durante casi tres meses, una sola familia de lechuzas puede consumir más de 7000 micromamíferos cada año.
Seguimos trabajando para conocer la situación de esta maravillosa especie y poder mejorar el estado de sus poblaciones.