Las nuevas naves para la rehabilitación de las rapaces nocturnas
Hace 2 años el temporal Filomena arrasó el Centro de Recuperación de Rapaces Nocturnas de Brinzal, destruyendo instalaciones vitales para la rehabilitación de las rapaces nocturnas y llevándose por delante a varios de nuestros pacientes, dos cárabos y una lechuza.
Ante esta situación, decidimos lanzar una voz de auxilio a través de las redes sociales para pedir ayuda con pequeños donativos. La respuesta fue increíble y todavía nos emociona recordarlo. Gracias a todas esas donaciones hemos podido levantar varias naves de vuelo que describimos a continuación:
Hemos construido una instalación para chotacabras, un tipo de ave muy especial que requiere un espacio no demasiado grande y un techo elástico para evitar que estas peculiares aves se lastimen al ascender.
Hemos construido dos naves de grandes dimensiones que nos permitirán muscular búhos reales. Su estructura metálica está especialmente diseñada para resistir futuras nevadas.
Dos naves construidas en madera, ideales para especies medianas como cárabos, lechuzas o búhos chicos. La estructura de estas instalaciones también está pensada para distribuir mejor el peso en caso de nevada copiosa.
Un túnel de vuelo (provisional, más adelante lo mejoraremos) que nos permite muscular aves de menor tamaño como gorriones, vencejos o verderones. En él podemos colocar una persona en cada extremo y hacer volar al ave de un lado al otro a través de sus aproximadamente 45 metros.
En la actualidad
Actualmente estamos construyendo otras tres instalaciones en madera, una de las mismas dimensiones y estructura que las mencionadas anteriormente y otras dos de la mitad de tamaño destinadas a la musculación de las especies más pequeñas de rapaz nocturna que ingresan en nuestro centro: el mochuelo y el autillo.
La construcción de todas estas instalaciones no habría sido posible sin la enorme solidaridad que los centenares de personas nos brindasteis las semanas siguientes a la tragedia y por supuesto a todas las personas que nos apoyan incondicionalmente siendo socias y apadrinando una rapaz nocturna cada año. Y por supuesto hubiese sido imposible sin la inestimable ayuda de nuestros voluntarios y voluntarias que se han dejado la piel para que todo vuelva a funcionar lo mejor posible.
Una vez concluidas estas instalaciones sólo nos faltaría recuperar la ‘joya de la corona’, nuestra nave circular. Que en su día fue la más grande de Europa y que nos permitía optimizar la musculación de nuestros pacientes de manera exponencial, ya que se trataba de una galería sin fin donde el vuelo era más prolongado. Lamentablemente el coste de construir algo así, que además sea capaz de soportar un temporal como el de Filomena no está a nuestro alcance en estos momentos. Esperamos que en el futuro podamos afrontar tal inversión.
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