La pasada semana trasladamos ocho pollos de lechuza común (Tyto alba), procedentes del programa de cría en cautividad de nuestro centro de recuperación de rapaces nocturnas, para ser liberados mediante la técnica de hacking. Esta actuación se ejecuta en colaboración con BDPE Hybrid Package Project I SL, una empresa del grupo Reichmuth & Co Infraestructure, y Abei Energy and Infraestructure SL, en virtud de las medidas compensatorias consensuadas con la administración para la construcción y puesta en marcha de una planta de energía solar fotovoltaica situada en la provincia de Ciudad Real. Así estas lechuzas aliadas del sol,  servirán de refuerzo a las mermadas poblaciones de este maravillosos animal.

La técnica del Hacking

Los pollos de lechuza común (Tyto alba) han sido criados en cautividad a partir de parejas irrecuperables, animales que por sus lesiones no pueden valerse por si mismos en la naturaleza y por tanto no liberables. Se separan de los padres con aproximadamente 28 días de edad, realizándose en ese momento el marcaje de los animales (anilla metálica oficial numerada).

A esta edad, son capaces de comer solos el alimento que se encuentre en su caja nido. También son capaces de termorregular por sí mismos y han desarrollado una impronta adecuada con su especie. Sólo entonces se introducen en la caja nido.

Diariamente se les suministrará alimentación suficiente sin que puedan vernos (por un cajón, a través de una pequeña abertura, etc.). Cuando los pollos alcancen 50 días de edad y estén completamente desarrollados se disminuirá ligeramente la cantidad suministrada, pues ya comerán menos. A los dos meses de vida comenzarán a salir de la caja nido. Cada ejemplar decidirá por sí mismo cuándo está listo para dar su primer vuelo.

Poco a poco, los jóvenes irán intentando cazar de modo instintivo, perfeccionando su técnica. Comenzarán entonces a visitar menos la caja nido, y dependerán en menor medida de la comida que cada día se sigue suministrando. Cuando se haga evidente que ya no dependen de nuestra ayuda, se interrumpirá el suministro de comida y se dará por finalizado el proceso.

Los dos hackings reúnen unas condiciones óptimas para que los pollos completen su desarrollo y aprendan a cazar de una forma progresiva, como lo harían si hubieran nacido en un nido silvestre de la especie, optimizando así sus posibilidades de supervivencia. Las condiciones de la zona que rodea ambas cajas nido es óptima para que estas lechuzas aliadas del sol, puedan desarrollarse sin problemas.

Monitorización total

Cada caja nido va equipada con una cámara en su interior, que nos permitirá comprobar que todo va bien mientras los pollos se mantengan dentro de la misma. También van equipadas con cámaras de fototrampeo, que se encargarán de observar y recoger imágenes de las lechuzas cuando entren y salgan. Estas funcionan con un panel de energía solar.

La mayor novedad es que, por primera vez, hemos marcado dos de los pollos con transmisores GSM que nos darán una información muy valiosa de sus movimientos durante su primer año de vida. Así, podremos conocer qué hábitos tienen, cuánto se dispersan o qué zonas seleccionan para cazar, entre otras muchas cosas.

¡Seguimos trabajando para que la lechuza no desaparezca de nuestros campos!

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