Hace poco os contamos que un individuo de lechuza común (Tyto alba) liberado mediante el procedimiento de fijación, se había adaptado a la perfección a su nuevo hogar en la Alcarria madrileña y, en sólo un mes, habían puesto huevos.
A día de hoy os podemos contar que el proceso va viento en popa y dos de los cinco huevos ya han eclosionado. El primero nació el pasado sábado y a lo largo de esta semana o primeros de la próxima, nacerá el resto. Estos pollos crecerán con sus progenitores de forma natural y, cuando llegue el momento de abandonar el nido y dispersarse, sumarán efectivos a las poblaciones salvajes de esta especie.
La Alcarria es un territorio de distribución histórica de la lechuza común pero, debido a la intensificación agrícola, sus poblaciones han disminuido vertiginosamente en las últimas décadas, así como las de otras especies dependientes de medios agrarios, como el mochuelo (Athene noctua), el aguilucho cenizo (Circus pygargus) o el sisón (Tetrax tetrax).
Nuestro proyecto “Conservación de rapaces nocturnas ligadas a medios agrarios”, conocido como “Proyecto Alba”, que estamos ejecutando con la colaboración de la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, busca compatibilizar los usos agrarios de secano con las aves que dependen de estos hábitats.