Estas criadoras tan estupendas que podeis ver provienen de una nueva colaboración que acabamos de establecer con la Fundación para la Investigación en Etología y Biodiversidad, que ha comenzado con esta cesión para nuestro programa de cría en cautividad con Lechuza común.
Con ellas nuestras lechucillas tienen la temperatura y el grado de humedad necesario para desarrollarse, y como se aprecia, ¡están encantados! Crecerán en ellas hasta que con unos 10 días de edad vuelvan al cuidado de sus padres, que tienen la tarea de seguir criándolos hasta que sean independientes, aproximadamente unos dos meses. Esta parte del proceso es imprescindible para que el desarrollo psicológico de los pollos de lechuza sea el correcto y no tengan posteriormente problemas de comportamiento. Se trata de que adquieran la impronta adecuada, es decir que aprendan a que especie pertenecen. Si crecieran con el ser humano, esta impronta errónea les haría irrecuperables y no podrían ser liberadas.
Por el momento ya son cerca de 30 las pequeñas lechuzas que han pasado por estas nuevas criadoras y todavía les queda trabajo pues la temporada de cría… no ha hecho más que empezar!