Ha llegado el verano y con el buen tiempo llega la oleada de autillos. Esta magnífica especie, el autillo europeo (Otus scops) viaja miles de kilómetros desde África para anidar y criar en nuestras latitudes. El incremento de temperaturas aumenta la presencia de insectos, base alimentaria de estas pequeñas rapaces nocturnas. Esta especie es la más numerosa dentro de este grupo de las que ingresa en el centro de recuperación de Brinzal.
Primero llegan adultos, exhaustos por el viaje, que por accidente se introducen en casas o naves industriales. Llegan bien entrada la primavera para criar en nuestras latitudes. Sólo requieren de una puesta a punto de hidratación y alimentación y se liberan lo antes posible. Otros sufren traumatismos al chocar con vehículos o cristales y requieren tratamiento veterinario e incluso cirugía.
En verano crece la oleada de autillos
Cuando empieza el verano comienzan los ingresos de pollos y volantones nacidos este año. Cada día recibimos entre 3 y 5 llamadas de personas que se han encontrado volantones de autillos. La mayoría de los que llegan al centro de recuperación, por suerte, son volantones que no presentan ninguna lesión y que sólo tienen que terminar de crecer. Lo harán en nuestras instalaciones al cuidado de parejas de adultos irrecuperables que ejercen de padres adoptivos, ellos se encargan de alimentarlos y de enseñarles a comportarse como uno más de su especie para que a la hora de ser liberados tengan garantía de supervivencia en el medio natural.
En la ciudad de Madrid, algunos de los pollos sufren una enfermedad natural provocada por un nematodo, el Gongylonema. Esto provoca unas secreciones en la cavidad oral que se solidifican y no les permiten alimentarse. Suelen ingresar muy débiles, hay que limpiar la zona afectada y tratarlos con antiparasitarios para eliminar el parásito, además de rehidratarlos y alimentarlos de forma manual. Este parásito lo adquieren al ingerir cucarachas infectadas. Desde Brinzal llevamos varios años investigando el origen del nematodo y su hospedador original, ya que las cucarachas y por lo tanto los autillos, es hospedador accidental. Seguimos recogiendo muestras para intentar reducir la incidencia de este nemátodo en los autillos.
Una vez recuperados ¿Qué pasa?
Pronto liberaremos a los primeros pollos de esta oleada de autillos que ya han crecido pasando a ser juveniles. Seleccionamos lugares propicios para su liberación para que dispongan de cobijo y alimento. Una vez termine el verano emprenderán su primer viaje a África para regresar el año que viene a criar y completar su ciclo. Por suerte, para estas sueltas contamos con muchos padrinos y madrinas que colaboran con su donativo y son ellas mismas las encargadas de devolverlos a la libertad. Gracias a la colaboración de todas estas personas tan generosas, podemos seguir atendiendo a esta y otras especies. Recuerda que tú también puedes colaborar con nosotros de muchas maneras, alguna de ellas tienen beneficios fiscales.
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