Un mochuelo en cada olivo  Un Mochuelo en cada Olivo es un proyecto que Brinzal está desarrollando desde 2012. El objetivo es mejorar del estado de las poblaciones ibéricas de Mochuelo Europeo (Athene noctua), que han descendido un 40% en los últimos 15 años.

El mochuelo ha sido una especie muy abundante en nuestros campos. Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XX, la agricultura ha sufrido unos cambios muy drásticos destinados a aumentar la producción. Esto se conoce como intensificación agrícola. La imposición del monocultivo, el aumento del tamaño medio de las parcelas, la utilización generalizada de fertilizantes químicos, herbicidas y pesticidas, el roturado excesivo de la tierra y la desaparición de linderos y barbechos son algunos de los cambios que ha traído la intensificación de la agricultura. Esto ha provocando una grave pérdida de calidad de hábitat, ocasionando importantes disminuciones en poblaciones y áreas de distribución.

Colaboración con agricultores

De común acuerdo con propietarios y agricultores mejoramos el hábitat para adecuarlo a las necesidades del mochuelo, siguiendo fórmulas similares a las utilizadas en proyectos de custodia del territorio.

Se pretende fomentar la aplicación de estas acciones en otros lugares. También se pretende testar el efecto positivo que puede ejercerse sobre las poblaciones de esta especie por medio de ellas. Se busca crear en la población local un ambiente favorable hacia la especie y en general hacia la adopción de este tipo de medidas de gestión.

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Actividades de Un Mochuelo en Cada Olivo

De común acuerdo con los propietarios y agricultores mejoramos el hábitat para adecuarlo a las necesidades del mochuelo, siguiendo fórmulas similares a las utilizadas en proyectos de custodia del territorio.

Para una gestión exitosa, el agricultor no debe ver mermados sus beneficios, siendo deseable que incremente la renta extraída del terreno, incremente su valor o disminuya los costes de mantenimiento.

Una vez que los agricultores se adhieren al proyecto, hacemos una valoración de sus terrenos. Así, podemos concretar las posibles actuaciones a realizar, que nunca han de suponer coste alguno para ellos. Dependiendo del tipo de cultivo, la extensión de las parcelas y de las posibilidades que nos brinden los propietarios, estas actuaciones son las siguientes:

– Creación o mantenimiento de vegetación natural, bien sean linderos, islas de vegetación o parcelas no cultivadas. Estas áreas no cultivadas producen la mayor parte de los invertebrados que conforman la dieta del mochuelo.

– Potenciar, donde sea posible, la alternancia y heterogeneidad de usos en las parcelas.

– Colocación de cajas nido para la especie.

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– Plantación de árboles en las zonas intervenidas, concretamente almendros (Prunus dulcis), de cara a garantizar la existencia de lugares de nidificación a largo plazo. Estos árboles tienen,  son muy bien recibidos por los agricultores, por su producción, y favorecen tanto a los mochuelos como a otras muchas otras especies.

– Instalación de estacas de madera, que los mochuelos utilizan como posaderos o perchas desde las que cazar en  lugares donde no existan estructuras disponibles para este uso (vallas, postes, olivos, etc.).

– Construcción y restauración de majanos –acumulación de piedras procedentes de las tierras de labor- con cavidades interiores, de forma que puedan utilizarse no sólo como atalayas de caza, sino también como lugares de nidificación.

– Fomento del mantenimiento de la vegetación natural y durante el máximo tiempo posible en los olivares, aconsejando la disminución del roturado o el mantenimiento de rodales de cobertura vegetal alrededor de cada pie. De este modo se favorece la presencia de presas para el mochuelo y se pretende evitar el uso de compuestos químicos (herbicidas, nitratos…)

– Fomento del apilado y abandono de los restos de poda como refugio para muchos invertebrados silvestres, además de otros pequeños vertebrados.

¿Qué podemos esperar?

La evaluación del grado de éxito, en cuanto a presencia de mochuelo, obtenido gracias a la gestión del hábitat, se realiza comparando las cifras obtenidas mediante censo en las áreas sujetas a manejo, con las de zonas adyacentes de características similares pero sin actuaciones de mejora.

Para favorecer más rápidamente un incremento en la población de mochuelo en las zonas manejadas, se han liberado decenas de mochuelos rehabilitados en nuestro centro de recuperación.

Estos ejemplares ingresaron tras ser atropellados, disparados, encontrados en el suelo siendo aún muy jóvenes, etc. Tras recibir asistencia y rehabilitación en el centro de recuperación de rapaces nocturnas, son liberados. Solamente si el hábitat es adecuado, y aporta todos los requerimientos de la especie, estos ejemplares se establecerán en el lugar.

Paralelamente estamos llevando a cabo una campaña divulgativa, informando y concienciando sobre el proyecto, la agricultura sostenible y la conservación de la biodiversidad.

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Etiqueta de Calidad

Los productos resultantes de estas prácticas agrícolas sostenibles (aceite, vinagre, vino y productos hortícolas) reciben la etiqueta de buenas prácticas que favorecen al mochuelo. Esto supone un valor añadido para todos estos productos y sirve de escaparate para la especie y para las medidas de manejo ejecutadas. Se ha realizado una campaña publicitaria de productos etiquetados, con el fin de aumentar la venta de estos (dándolos a conocer al público en general). Es una manera de mostrar los beneficios de participar en un proyecto de este tipo, para otros agricultores y propietarios.

Partimos de la idea de que una gestión sostenible en los usos agrícolas proporciona múltiples beneficios a los agricultores y propicia un ecosistema óptimo para el mochuelo y otras especies amenazadas. Esta estrategia supone un paso más allá en la conservación de la biodiversidad, implicando a agricultores y propietarios en la protección de una especie salvaje. El agricultor obtiene a su vez beneficios tangibles, como la disminución de costes, el incremento notable de la calidad y la apertura a nuevos mercados.

En este documento puedes conocer los productos etiquetados bajo este proyecto y contactar con los productores si estás interesad@ en adquirirlos.

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Resultados del proyecto

El proyecto Un mochuelo en cada olivo se inició en la vega del Tajuña, al sureste de la Comunidad de Madrid, en los municipios de Perales del Tajuña y Morata de Tajuña. Posteriormente nos hemos extendido a otros municipios, como Arganda del Rey, Chinchón o Rivas-Vaciamadrid, e incluso a otras provincias como Guadalajara, Toledo y Cáceres.

En resumen, desde que se inició el proyecto, más de 250 agricultores se han beneficiado de actuaciones del proyecto, sumando casi 1.500 hectáreas. Se han instalado 44 cajas nido y 800 estacas de madera, se han construido 50 majanos de piedra y se han plantado 450 almendros. Se han etiquetado más de 20.000 productos procedentes de estas fincas, en las que además se han liberados más de 100 mochuelos rehabilitados.

Los resultados de las medidas puestas en práctica, observadas de modo conjunto, se aprecian en la mayor capacidad del hábitat para albergar mochuelos. En los primeros años, con muchas medidas recién iniciadas, hemos encontrado mediante censos un número de mochuelos en estos lugares que triplica al encontrado en olivares monocultivados y que desarrollan prácticas de agricultura intensiva. A pesar de no realizar ningún tipo de cuantificación, el incremento en la abundancia de ortópteros en las zonas de vegetación natural también parece notable.

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¿Quién nos ayuda?

En 2017 obtuvimos el premio AIZA de Conservación e Investigación in-situ, por Un Mochuelo en cada Olivo, gracias a la Fundación Parques Reunidos que presentó nuestro proyecto a estos premios. Este galardón nos ha permitido ponerlo de nuevo en marcha desde este verano. Y mientras seguimos trabajando para buscar financiación para dar continuidad a este proyecto durante el próximo año.

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Somos una organización sin ánimo de lucro declarada de Utilidad Pública dedicada a la conservación, el estudio y la recuperación de la biodiversidad desde 1986.

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