El día 31 de enero fuimos, en compañía de padrinos, amigos y colaboradores a liberar a unos cuantos de nuestros “pacientes”. Quizá el más especial de todos ellos fue el que podéis ver en la foto: una Lechuza Campestre rehabilitada tras un disparo en una de sus alas. Ahí vemos a Hugo, su padrino (además de colaborador habitual en Brinzal) y a Raquel, liberándola.